Hay muchos factores que nos producen desequilibrio en el organísmo a través del sistema celular, del sistema inmune, nervioso, etc.
Pueden ser contaminantes diversos que van en los alimentos, en el tipo de embases utilizados, la calidad del agua, del aire, contaminación de ondas electricomagnéticas en nuestro propio domicilio, y un largo etcétera.
A veces pueden ser "cosas" tan sutiles como un disgusto, enfado o dolor mal gestionado, que nos ha ocurrido en el pasado. Al revivirlos de manera incosciente "ciertas emociones" o "ciertos hechos" en el presente, puede originar con el tiempo, una enfermedad como un cáncer cuando se hace reiterativo, ya que sabemos que las emociones se somatizan en cuerpo.
Cuando se juntan factores psicoinconscientes, factores ambientales, de alimentación inadecuada, el riego de padecer una enfermedad grave es alto. Otros factores son los siguientes:
- Terapia hormonal después de la menopausia
La terapia de estrógeno y progestina está vinculada a un mayor
riesgo de padecer cáncer de seno. Cuanto más tiempo se reciba la terapia de
estrógeno y progestina, más aumentará el riesgo. Para que vuelva a un estado
normal, se necesita 3 años sin tratamiento de estrógenos y progestina.
Los cánceres de seno en
las mujeres que reciben la terapia de estrógeno y progestina, tienen más
probabilidades de ser descubiertos, cuando son más grandes y se han extendido
fuera del seno. Esta terapia también se vincula al aumento en la densidad de la
mama, lo que puede hacer más difícil detectarlo al hacer la mamografía.
- Estrés y ansiedad
No hay pruebas claras que indiquen que el estrés y la ansiedad
puedan aumentar el riesgo de cáncer de mama. No obstante, todas las pacientes
tenían en común cierto estado de estrés y ansiedad. El estrés debilita el sistema inmune. Evidentemente todo lo que
se haga para reducir el estrés y mejorar el bienestar, el estado de ánimo y grado de satisfacción, puede afectar notablemente la calidad de vida y de
curación.
Los llamados “ejercicios de la conciencia” (como la meditación,
el yoga, los ejercicios de visualización a través de auto-hipnosis….) pueden
aportar mucho a la rutina diaria o semanal. Algunos investigadores, demuestran en sus investigaciones que, consideran que estas prácticas fortalecen el sistema inmunitario.
- Exposición a la luz de noche
Los resultados de varios estudios sugieren que las mujeres que
trabajan de noche (obreras, médicas, enfermeras y policías, cocineras, por ejemplo) tienen un mayor riesgo de
contraer cáncer de mama en comparación con las mujeres que trabajan durante el
día. Otras investigaciones sugieren que las mujeres que viven en zonas con
altos niveles de luz externa en la noche (luces de la calle, por ejemplo, o las luces
de neón) tienen un mayor riesgo de contraerlo.
Los investigadores consideran que este aumento en el riesgo está
vinculado a los niveles de melatonina. La melatonina es una hormona que tiene
un rol en la regulación del ciclo del sueño del cuerpo. Su producción llega a
su pico a la noche y es más baja durante el día cuando sus ojos registran
exposición a la luz. Cuando las mujeres trabajan de noche o están expuestas a la luz
externa de noche, sus niveles de melatonina tienden a mantenerse bajos.
- Embarazo y lactancia
El embarazo y la lactancia reducen la cantidad total de ciclos
menstruales en la vida de una mujer, y esto parece reducir el riesgo de cáncer
de mama en el futuro.
Las mujeres que nunca han tenido un embarazo a término o que han
tenido su primer embarazo a término después de los 30 años, tienen un mayor
riesgo de desarrollar cáncer de mama.
En el caso de las mujeres que tienen hijos, la lactancia puede
reducir levemente el riesgo de cáncer, especialmente si continúan amamantando
durante un año y medio a dos años. No obstante, ésta ha sido un área muy
difícil de estudiar, especialmente en países como Estados Unidos, [que es de donde procede este estudio] la
lactancia por un periodo tan prolongado como éste, no es común.
- Consumo de alcohol y tabaco
Investigaciones revelan sistemáticamente que las bebidas
alcohólicas, como la cerveza, el vino y el licor, aumentan el riesgo de las
mujeres de sufrir cáncer de mama positivo para receptores de hormonas. El
alcohol puede incrementar los niveles de estrógeno y otras hormonas asociadas
con el cáncer de mama positivo para receptores de hormonas. El alcohol también
puede aumentar el riesgo de cáncer de mama al dañar el ADN de las células.
En comparación con las mujeres que no beben, las mujeres que
consumen tres bebidas alcohólicas por semana tienen un riesgo un 15 % más alto
de padecer cáncer de mama. Los expertos estiman que el riesgo de la enfermedad
aumenta otro 10 % por cada trago adicional que las mujeres toman de forma
regular cada día.
Además las mujeres que fuman o han fumado alrededor de un
paquete de tabaco al día durante 10 años o más, tienen un riesgo mayor de
desarrollar el tipo más común de cáncer de mama.
Los investigadores determinaron que las mujeres jóvenes que eran
fumadoras actuales o recientes y habían fumado un paquete de tabaco al día
durante al menos 10 años, tenían un riesgo agravado del 60% de verse afectadas
por el cáncer de mama más común
- Control de la natalidad
El uso de anticonceptivos orales (pastillas anticonceptivas)
parece aumentar levemente el riesgo de desarrollar cáncer de mama pero sólo
durante un período limitado. Las mujeres que hayan dejado de utilizar
anticonceptivos orales por más de 10 años, no parecen presentar un riesgo mayor
de desarrollar cáncer de mama.
Al considerar el uso de anticonceptivos orales,
las mujeres deben examinar sus otros factores de riesgo con un médico
especialista.
Mujeres que usan el DMPA (inyección que se
administra cada 3 meses como método anticonceptivo) parecen tener un aumento en
el riesgo, pero el riesgo no parece aumentado si este medicamento se usó hace
más de 5 años.
- Sobrepeso y obesidad
El sobrepeso supone un riesgo elevado de cáncer de mama, en
especial para mujeres postmenopáusicas.
El tejido graso es la principal fuente de estrógeno que posee el cuerpo tras la menopausia, cuando los ovarios dejan de producir la hormona.
Una mayor cantidad de tejido graso implica un mayor nivel de estrógeno, lo que puede aumentar el riesgo de cáncer de mama. Además, las mujeres que tienen sobrepeso tienden a presentar niveles de insulina en la sangre más elevados.
Los niveles de insulina más elevados también están asociados a algunos tipos de cánceres, incluyendo el de seno.
El tejido graso es la principal fuente de estrógeno que posee el cuerpo tras la menopausia, cuando los ovarios dejan de producir la hormona.
Una mayor cantidad de tejido graso implica un mayor nivel de estrógeno, lo que puede aumentar el riesgo de cáncer de mama. Además, las mujeres que tienen sobrepeso tienden a presentar niveles de insulina en la sangre más elevados.
Los niveles de insulina más elevados también están asociados a algunos tipos de cánceres, incluyendo el de seno.