Hay dos
épocas en el año ideales para limpiar el organismo. Son ideales porque son puntos de inflexión de la madre naturaleza. Son la primavera y el
otoño. En ambas, el organismo acompaña y es influido por los cambios naturales
que nos rodean. Estamos integrados en el TODO, nada hay individual.
¿Solamente
podemos "depurar" en esas dos estaciones? NO.
Para limpiar el organismo,
cualquier momento, cualquier día es bueno. Lo realmente importante, es comenzar
a hacerlo y ser constantes por unas semanas al menos. Se dice que para cambiar
un hábito es necesario 21 días seguidos, yo añadiría que ¡ 40 días y 40 noches!!
Una vez que
el aparato digestivo quede limpio de toxinas acumuladas, el propio organismo nos da las pautas de qué
alimentos si, y de cuáles no, ¡ si lo escuchamos!. El cuerpo siempre nos habla.
Nuestro cuerpo tiene capacidad para autodepurarse,
pero la carga de elementos tóxicos que encontramos en el aire que respiramos,
en los alimentos que comemos y en lo que bebemos, es superior a la capacidad
innata de nuestro organismo para eliminarlos. Es por lo tanto, importante hacer periódicamente una limpieza y
depuración de forma que disminuimos el número de tóxicos y limpiamos
facilitando la eliminación de los mismos.
¿Qué
alimentos son ideales para ayudarnos a depurar?
Hay muchos
productos en herbolarios, parafarmacias… No voy a recurrir a ellos, aunque se
pueden conseguir como aliados.
Lo que me gusta para ti, es que, lo consigas con
lo que te pones en tu plato cada día a lo largo de las horas.
No tienes por qué
gastar más dinero, ni buscar baritas mágicas que te resuelvan el problema.
Quiero que consigas con ello, que hagas algún que otro cambio en tu plato,
aumentes tu voluntad y mejores tu autoestima ¿te parece poco?!
El primer
paso que te recomiendo y, sobre todo si te sobran kilos, es que hagas una
limpieza del intestino. Ve a un especialista, a tu farmacéutico, homeópata, y
pregunta qué pasos debes dar.
Tomar caldos reconstituyentes y seguir con los
alimentos suaves de cocciones sencillas.
Aliados
vegetales que puedes encontrar y llevarte a casa en la cesta de la compra
· El
agua es nuestra primer aliada
·
La
alcachofa, puedes prepararla de muchas formas: plancha, cocida, salteada, al
vapor, al horno, en crema….
·
Los
espárragos trigueros admiten las mismas preparaciones que las alcachofas
·
La
cebolla, cruda en ensaladas, al horno, pochadas con un pizco de sal marina
y 1 cucharada de aceite de oliva, bien
tapadas y a fuego muy bajo para que saquen todo su dulzor (te sirve de
acompañamiento, para un pinxo….)
·
Granada,
en zumo, en ensalada….
·
Setas
y champiñones, ricas en proteínas, fibra, agua… Se hacen crema, a la plancha,
en ensaladas bien lavadas, salteadas…..
·
Jengibre
fresco, se pueden hacer infusiones, rallado en ensaladas, en cualquier receta
que te atrevas… Si nunca lo has usado, comienza de apoco y luego vas aumentando
la cantidad
·
El
ajo es nuestro mejor aliado para depurar, limpiar… Es el mejor antibiótico
natural. Tomar crudo un diente de ajo pequeñito y entero sin masticar, por las
mañanas, es un excelente antibacteriano
y protector de venas y arterias.
·
Endivias
en ensaladas, para pinxos, con vinagreta natural...
- Rábanos y rabanitos, en ensaladas, a la plancha, salteados solos o con otras verduras, en cremas
·
Infusiones
de romero, orégano, tomillo, diente de león, cardo mariano, de boldo, jengibre,
te verde,…. Recomendadas en los desayunos y durante o después de las comidas.
(No se debería beber con las comidas y menos bebidas frías).
- Las algas, son saciantes, ricas en minerales… Las puedes poner en sopas, purés, ensaladas, salteadas
- Col o repollo, coliflor, coles de Bruselas. En caldos, en ensalada, salteados, cocidos, al vapor, en zumo
- Manzanas de la época y locales
- Uvas (mejor negra) locales y de temporada
- Moras, arándanos…
- Limones, naranjas, limas, kwis, mandarinas… Al natural, en zumos. Mejor que sea ecológica porque los sulfatos penetran en el fruto al ser la piel porosa.
- Piña siempre al natural, en zumos, ensalada, de acopañamiento..
*EL PRIMER
CAMBIO EN TU MESA: masticar mucho, lento, saboreando y con conciencia de lo que
estás comiendo; que tu cerebro se entere de que te estás alimentando. Y recuerda
que la digestión comienza en la boca, ¡tu estómago no tiene dientes!!.
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