Mostrando entradas con la etiqueta ¿Qué hacer cuando a un ser querido le diagnostican cáncer?. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta ¿Qué hacer cuando a un ser querido le diagnostican cáncer?. Mostrar todas las entradas

lunes

¿Qué hacer cuando a un ser querido le diagnostican cáncer?


Cualquier enfermedad grave como puede ser un cáncer,  no solo afecta al paciente, también a los familiares y amigos se ven "perjudicados" por la enfermedad y muchas veces no saben cómo sobrellevarlo, ni que decir o qué hacer.
Es complejo explicar o aconsejar, cómo o qué hacer o decir, en tal situación traumática y dolorosa para todos. Cada persona es un mundo y a su vez, cada grupo familiar, es todo un universo de “mundos”.
Lo que voy a exponer aquí, es bajo mi experiencia personal, de haber superado un cáncer y de bastantes familiares y amistades que no lo han conseguido. Como decía, es probable que lo que escriba, no te guste ni estés de acuerdo. ¡Lógico!

Si te toca acompañar a un familiar o amigo a la consulta del oncólogo y le dan la noticia de que tiene cáncer. A ti te toca mantener la calma y la cabeza lo más fría posible.
Los pasos que en adelante habrá que seguir, las preguntas a las dudas o aclaraciones, sería estupendo que se te ocurriesen a ti, porque puede que tu ser amado, esté procesando sus emociones y le cueste reaccionar y atender.

         Es muy posible que  tu familiar cambie su estado emocional, su forma de estar, de actuar e incluso de ser. Respeta y admite ese proceso, ese cambio. Es totalmente normal.
 Seguro que tú tampoco ya eres la misma persona,  que algo ya ha cambiado dentro de ti. No le obligues hablar si no quiere, ni a que esté en positivo todo el rato. Tiene una ardua tarea por delante para lidiar en todo los ámbitos personales (emocional, físico, psíquico, espiritual)

         Si llora, se lamenta de su suerte o cualquier otra cosa que te entristece y no estás de acuerdo, escucha… Simplemente escucha. Al terminar abraza a tu ser querido con todo el amor que puedas.  Nada hay que decir. Toca aceptar su estado, su proceso personal. 
Tu siempre ahí, en lo que necesite, sin agobiarte ni agobiar a la persona enferma. Es importante que no se sienta agobiada por tu constante presencia y cuidados. Deja espacios, que se sienta, que se escuche y pueda procesar todo cuanto le está pasando.

          No juzgues, no empujes a que no llore. Deja que llore todo lo que tenga que llorar. Lo necesita. Si te sientes mal por ello, te aguantas. Repito: acepta, escucha, abraza, o toca con amor. Dale espacios de soledad.
Tu propio dolor, emociones, miedos, tendrás que gestionarlos con otra persona preferiblemente,  que sea ajena al clan familiar. ¡Las emociones se contagian!

         Anima a tu familiar a aclarar sus dudas, a qué le teme, para lograr aclararlas con el médico, y siempre se puede buscar otra opinión médica.
Informarse siempre de qué va a ocurrir (efectos secundarios, probabilidades, etc.). Hay pacientes que no quieren saber, solamente se dejan guiar y llevar. Es cuando a ti te toca estar con toda la información posible. No te impongas, ve con tiento…

         Dependiendo de su pronóstico y de cómo se encuentre físicamente, ayuda a que tu familiar tenga una vida lo más normal posible. Que salga a la calle a pasear, comprar, cine, conciertos y sobre todo naturaleza… 
Hay Asociaciones especializadas en su enfermedad en las que te puedes apoyar. No te sientas solo-a en la tarea, busca apoyo. Buscar ayuda no significa que seas débil, todo lo contrario, eso te engrandece ya que si tú estás bien, y estás informado-a, podrás ayudar mejor. 



         No dejes que tu ser querido se aísle por mucho tiempo. Ni que su estado de ánimo esté siempre decaído. Fomenta las visitas de personas que le sean importantes y queridas. Pero ¡ojo!... Esas personas que sean positivas en su forma de ser. La persona enferma no está para animar a nadie, ni a soportar negatividades de otros.

         Todos necesitáis  de risas, de continuidad positiva, comidas sabrosas, naturales, ecológicas y sobretodo vistosas… 
El paladar de la persona enferma  por días, lo tendrá alterado al igual que su olfato, sobre  todo,  cuando le pongan quimioterapia. 
 Compresión ante sus quejas.
 Al agua por ejemplo, que cada día tenga un sabor diferente (a limón, naranja, fresa…) para que no llegue a repudiar un alimento o un sabor determinado.

   Anima  a que tu ser querido vaya a terapias alternativas  como relajación, autoestima, yoga, mindfulness, hipnosis clínica para el dolor y dormir mejor... 
Que interactúe con otras personas y lleve su enfermedad con total normalidad, que no pasa nada, y siempre le vendrá estupendo conocer personas, aumentar su resistencia física, psíquica, moral...

    Quizá sea mejor que tu colonia favorita, tengas que prescindir de ella por un tiempo. Al igual que otros olores fuertes… 
Si le molesta el olor al cocinar, mejor hacerlo cuando no esté en casa o comprar comida en un obrador.

Para no hacer este escrito largo, éstas son unas ideas personales, que las he vivido y creo pueden orientar. Están escritas con respeto y cariño a toda persona que lea este artículo de opinión.